Ecosistemas


Tipos de ecosistemas que existen en México.


Esta institución gubernamental ofrece un documentado panorama de los bosques y selvas existentes en México. Se trata de una pequeña pero bien documentada muestra de la enorme riqueza que el país posee en tales rubros, así como la invaluable biodiversidad que contienen.
Es, además, un llamado de atención sobre la necesidad de conservar y utilizar racionalmente dichos ecosistemas, tomando en cuenta a las actuales y a las futuras generaciones.
De acuerdo al Cecadesu, en México contamos con los siguientes tipos de ecosistemas: 1. selva alta perennifolia o bosque tropical perennifolio; 2. selva mediana o bosque tropical subcaducifolio; 3. selva baja o bosque tropical caducifolio; 4. el bosque espinoso; 5. el matorral xerófilo; 6. el pastizal; 7. la sabana; 8. la pradera de alta montaña; 9. el bosque de encino; 10. el bosque de coníferas; 11. el bosque mesófilo de montaña o bosque de niebla; 11. los humedales. De cada uno de ellos ofrece un breve pero revelador panorama, como el lector puede comprobar a continuación.
Selva alta perennifolia o bosque tropical perennifolio
Es la más exuberante gracias a su clima de tipo cálido húmedo. Su temporada sin lluvias es muy corta o casi inexistente. Su temperatura varía entre 20 °C a 26 °C.
En nuestro país, su distribución comprendía desde la región de la Huasteca, en el sureste de San Luis Potosí, norte de Hidalgo y de Veracruz, hasta Campeche y Quintana Roo, abarcando porciones de Oaxaca, de Chiapas y de Tabasco.
En la actualidad, gran parte de su distribución original se ha perdido por actividades agrícolas y ganaderas.
Su composición florística es muy variada y rica en especies. Predominan árboles de más de 25 m de altura como el “chicle”, “platanillo”, así como numerosas especies de orquídeas y helechos de diferentes formas y tamaños. También se pueden encontrar una buena representación de epífitas y lianas.
Selva mediana o bosque tropical subcaducifolio
En general se trata de bosques densos que miden entre 15 a 40 m de altura, y más o menos cerrados por la manera en que las copas de sus árboles se unen en el dosel.
Cuando menos la mitad de sus árboles pierden las hojas en la temporada de sequía. Sus temperaturas son de 0 °C a 28 °C.
Entre sus formas arbóreas se pueden encontrar ejemplares de “parota” o “guanacaste”, “cedro rojo” así como varias especies de Ficus junto con distintas especies de lianas y epífitas.
Su distribución geográfica se presenta de manera discontinua desde el centro de Sinaloa hasta la zona costera de Chiapas, por la vertiente del Pacífico y forma una franja angosta que abarca parte de Yucatán, Quintana Roo y Campeche, existiendo también algunos manchones aislados en Veracruz y Tamaulipas.
Gran parte de área ocupada por la vegetación original, es usada ahora para agricultura nómada, de riego y temporal, así como para cultivos principalmente de maíz, plátano, frijol, caña de azúcar y café. También algunas especies de árboles son usadas con fines maderables.
Selva baja o bosque tropical caducifolio
Característica de regiones de clima cálido, con una temperatura media anual de 20 a 29 °C, que presenta en relación a su grado de humedad, una estación de secas y otra de lluvias muy marcadas a lo largo de año.
En condiciones poco alteradas sus árboles son de hasta 15 m de alto, más frecuentemente entre 8 a 12 m.
Entre las especies más frecuentes de este tipo de vegetación se encuentran “cuajiote” o “copal”, Ceiba aesculifolia “pochote” y los cactus de formas columnares.
Cubre grandes extensiones casi continuas desde el sur de Sonora y el suroeste de Chihuahua hasta Chiapas, así como parte de Baja California Sur. En la vertiente del Golfo se presentan tres franjas aisladas mayores: una en Tamaulipas, San Luis Potosí y norte de Veracruz, otra en el centro de Veracruz y una más en Yucatán y Campeche.
Actualmente es un ecosistema que se encuentra seriamente amenazado, con una tasa de destrucción de alrededor del 2 por ciento anual.
El bosque espinoso
En su mayoría está compuesto de “árboles espinosos” como el mezquite, “quisache”, “tintal”, “palo blanco”, o el cactus y “cardón”.
Ocupa aproximadamente el 5 por ciento de la superficie total de la República Mexicana. Es difícil delimitarlo porque se encuentra en manchones entre diversos tipos de vegetación como el bosque tropical caducifolio, y el matorral xerófilo o pastizal.
La temperatura varía de 17 a 29 °C con una temporada de sequía de 5 a 9 meses.
Su destrucción se ha acelerado debido, entre otras causas, a que su suelo es propicio para la agricultura, por lo que ha sido sustituido en gran parte por cultivos diversos, o en algunas áreas, como la parte de La Huasteca en Tamaulipas, San Luis Potosí y Veracruz, ha sido reemplazado por pastizales artificiales para el ganado.
El matorral xerófilo
Comprende las comunidades arbustivas de las zonas áridas y semiáridas de la República Mexicana.
Con clima seco estepario, desértico y templado con lluvias escasas. Su temperatura media anual varía de 12 a 26 °C.
Su flora se caracteriza porque presenta un número variable de adaptaciones a la aridez, por lo que hay numerosas especies de plantas que sólo se hacen evidentes cuando el suelo tiene suficiente humedad.
Entre las especies más frecuentes en sus matorrales están: mezquital, sahuaro o cardón, chollas, copal, matacora, ocotillo, y diversos tipos de matorral: matorral de neblina, el matorral desértico micrófilo, el matorral desértico rosetófilo, el matorral espinoso tamaulipeco, matorral submontano y chaparral. el chaparral está constituido por especies arbustivas y arbóreas que difícilmente sobrepasan 12 m de altura, como manzanita y rosa de Castilla.
En conjunto, los matorrales xerófilos, dadas las condiciones climáticas en que se desarrollan, no son muy propicias para las agricultura ni la ganadería intensiva, por lo que no han sido tan perturbados por las actividades antropogénicas, aunque si por la extracción de ejemplares, principalmente de cactus.
El pastizal
Este tipo de vegetación se encuentra dominada por las gramíneas o pastos. Los arbustos y árboles son escasos, están dispersos y sólo se concentran en las márgenes de ríos y arroyos.
La precipitación media anual es entre 300 a 600 mm, con seis a nueve meses secos, con un clima seco estepario o desértico.
En general, el aprovechamiento de los pastizales naturales en nuestro país no es óptimo aunado al sobrepastoreo que se realiza en ellos.
La sabana
Su clima es tropical con lluvias en verano, los suelos se inundan durante la época de lluvias y se endurecen y agrietan durante la de secas.
En este tipo de vegetación predominan las gramíneas también existen plátanos y curcubitáceas, como el chayote, chilacayote y calabazas.
Es común a lo largo de la costa del Pacífico, en el istmo de Tehuantepec y a lo largo de la llanura costera del golfo de México en Veracruz y Tabasco.
Aunque la principal actividad en esta zona es ganadera, también se han desmontado grandes extensiones para cultivos de caña de azúcar.
La pradera de alta montaña
Está conformada por especies de pastos de pocos centímetros de altura como Festuca amplissima, Muhlenbergia macroura, Stipa ichu y Eryngium.
Se restringe en las montañas y volcanes más altos de la República mexicana, a más de los 3 mil 500 msnm, por arriba del límite de distribución de árboles y cerca de las nieves perpetuas.
Es frecuente en el norte de la altiplanicie mexicana, así como en los llanos de Apan y San Juan, en los estados de Hidalgo y Puebla.
Aunque se desarrollan actividades de ganadería, la principal actividad que se realiza en este tipo de vegetación es turística.
El bosque de encino
Conformado por especies del género Quercus o robles, presenta árboles de seis a ocho o hasta de 30 metros.
Se distribuye casi por todo el país y sus diversas latitudes, por lo que el clima varía de calientes o templados húmedos a secos.
La precipitación media anual varía de 350 mm a más de 2 mil mm, la temperatura media anual de 10 a 26 °C.
Está muy relacionado con bosques de pinos, por lo que las comunidades de pino-encino son las que tiene la mayor distribución en los sistemas montañosos del país y son, a su vez, las más explotadas en la industria forestal de México.
El bosque de coníferas
Se encuentra generalmente en regiones templadas y semifrías, y montañosas, presentando una amplia variedad de diversidad florística y ecológica.
Dentro de este tipo de vegetación, el bosque de pinos es el de mayor importancia, le sigue en importancia el bosque de oyamel.
Se distribuyen en diversas sierras del país, principalmente en el Eje Neovolcánico, en zonas de clima semifrío y húmedo.
Los bosques de pino y de abeto están siempre verdes. El bosque de coníferas junto con el de encino representan uno de los recursos forestales económicos más importantes de nuestro país.
Sus principales especies son Pinus y Abies.
Cerca del 80  por ciento del volumen total anual de madera producida proviene de los pinos de la Sierra Madre Occidental; principalmente de los estados de Chihuahua y Durango y del Eje Neovolcánico Transversal, del estado de Michoacán.
En los últimos años se ha intensificado su explotación debido al aumento en la demanda de diversas materias primas.
Los programas de reforestación no han tenido el impacto esperado dando como resultado un aumento de áreas deforestadas.
El bosque mesófilo de montaña o bosque de niebla
Se desarrolla generalmente en sitios con clima templado y húmedo, sus temperaturas son muy bajas, llegando incluso a los 0 °C. Su época de lluvias dura de 8 a 12 meses.
Se distribuye de manera discontinua por la Sierra Madre Oriental, desde el suroeste de Tamaulipas hasta el norte de Oaxaca y Chiapas y por el lado del Pacífico desde el norte de Sinaloa hasta Chiapas, encontrándose también en pequeños manchones en el Valle de México.
Ejemplos de las principales especies que lo forman son el Liquidambar styraciflua, el Quercus, Tilia, Podocarpus reichei y Nephelea mexicana.
Este ecosistema es sumamente frágil y está muy afectado por las diversas actividades humanas, como la agricultura de temporal, la ganadería y la explotación forestal, al grado de que actualmente su distribución en México apenas abarca una décima parte del uno por ciento de la que tenía en los años 70.

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